sábado, 22 de marzo de 2014

That kind of love

Me hace feliz. No se si realmente conoceré la extensión de esa palabra, pero supongo que conlleva sonreír sin pausa en el colectivo, llegando a casa a las ocho de la mañana, sin hacer ruido, cantándole al perro que me mira con cara de "vos no sos mi dueña",  lavándome los dientes, viéndome en el espejo, sintiéndome mejor con el mundo y sus causas y una vez metida en la cama para soñar o seguir soñando. Porque parece un sueño que no termina nunca. Y tampoco quiero que acabe.
El diecinueve de mayo del año pasado encontré un pez dorado que no deja de quererme.
Y me gusta que me quieran. Me gusta que el me quiera, porque parece mas importante que el hecho de que alguien mas pueda quererme. Nunca seria lo mismo, porque Pez si sabe como querer.
Toda su vida nado contra la corriente, y aun así le sobran ganas de sonreír.
Yo se que la gente no entiende como se puede sostener algo que no es serio, o que no esta definido por sus convicciones sociales, pero si hablamos de seguridad, yo jamas me sentí mas protegida. Yo tampoco los entiendo a ellos, sinceramente, porque se adentran y juran sentimientos para después romperlos y olvidarlos, pasar de pagina , como si nada de lo que leyeron les hubiera calado el alma.
Y si de no entenderse hablamos, que bueno es mencionar la comprensión, porque aunque el mundo no te entienda, todos deberíamos tener al menos a una persona que nos comprenda. Que bueno también es poder decir que la encontré.
A veces siento que no soy yo, y el nada entre mis alrededores, y espera a que me suelte. Esta ahí, flotando con paciencia, sin reclamos, con espera y sin desesperar. Ofrece paz y compañía incluso en las mas grandes tormentas, o en mis cambios de humor, que son casi lo mismo que un desastre climático.
Cuando todo parece estar mal, mi mente solo piensa que es por no poder dar mas amor.
(Se que en el fondo, planeo una estrategia para amarte mejor)
El deseo siempre esta ahí, como fuego que espera extenderse, sin apagarse nunca, pero paciente de otra chispa o de otro soplo que pueda avivarlo. Cuando crece, todo es abrasador, quema y no destruye. Quema y crea. Quema y crece. Quema y transforma.
Un fuego que surgió de la nada, mágicamente pudo cambiarlo todo. El dia, la luz, su color y las voces. Todo es mejor cuando es con el. Incluso yo soy mejor gracias a su presencia en mi vida.
Este es ese tipo de amor, al que todavía no me acostumbro, porque pensé que solo existía en fantasías lejanas. Es ese tipo de amor que no merezco, pero parece que si. Es un regalo que no merecí, pero de todas formas llego a mis manos por alguna magia del destino. Es ese tipo de amor que necesito convencerme de que está y quiere. Me quiere. Y no hay dudas, porque es ese tipo de amor que simplemente es amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario