miércoles, 6 de junio de 2012

Me estabas mirando

Es que yo senti algo la primera vez que lo vi, juzgando tan obvia y superficialmente su apariencia. Como cuenta la primera impresión, no era reelevante hasta esa noche.
Me preguntó por qué estaba sola y sentada y me excusé incluyendo al cansancio, en lo que sabía, era una gran mentira.
Tenía los zapatos colgando en la mano derecha y estaba descalza y con los pies sucios.
Mis medias finas estaban rotas, mi maquillaje corrido, el cabello humedecido y tenía el vaso de alguna cosa perjudicial en la mano, apoyada en una de las mesas del lugar.
Estaba en las penumbras, en la invisibilidad de mi filosofía existencial. Y el me vio. A mí. Me vió.
Y hoy, pienso que lo mejor hubiera sido que no me viera, porque de esa manera, no estaria llorando en la cama, como cuando tenia quince años y creia saber lo que eran los escarmientos del amor.
No estaría pensando que me estanqué en el tiempo y no madure ni un poco en estos cinco años de baivenes cardiológicos.
El me vió, como los otros doce, pero sin sus intenciones.
El queria bailar y bailamos. Uno, dos, tres.
Bailamos toda la noche, bailamos todas las canciones, bailamos como dos amigos, hasta que supe por conocimiento que no podriamos serlo nunca.
Nunca amigos. Nunca mas que amigos. Nunca mas nada que una pareja danzante en los rincones de un salon oscuro.
Entonces era fácil pensar que una cancion era la vida y la bailábamos juntos y reíamos.
Y era feliz en esos dos minutos que volvian a empezar en una secuencia de enganche discimulado de melodias modernas.
Cada viernes, cada cierto fin de semana, cada coincidido evento.
El daba un paso adelante y dos atrás y asi siempre estabamos en el mismo lugar porque yo no sabía bailar con la boca y solo podria haber aprendido si la suya se adhiriese a mis labios que estaban secos por tanta impotencia.
Mis ojos conocian el arte de danzar y eran profesionales en el mismo, pero siempre y cuando los tuyos no les obstruyeran el paso.
Yo no se mirarte a los ojos. Tampoco quiero aprender porque si lo hago, lo de esta noche va a repetirse todas las que vienen y ya no quiero estar así.
Mi almohada se ha convertido en una nube de lluvia que tiene lágrimas para cuatro dias mas. Es lluvia salada de mis ojos y son cuatro dias los que faltan para verte cuando no te das cuenta de que lo hago. Y lo hago mucho.
Hoy te vi, detrás de la pared y asomabas la cabeza cuando anotaba estupideces en un papel y no podia verificar si me mirabas o no a mi.
Y no me importa. ¿Para que quiero yo que me mires? Si estaba con las pestañas arqueadas y mi mejor pantalón porque decidí usar eso de una sola vez, sin miles de cambios previos.
Si no estuve dos horas frente al espejo, intentando mejorar lo que no se podia. No quise sorprenderte de manera sutil.
Si yo ¿Para que quiero sorprenderte?
Y cuando te vi ayer, despues de la última noche, sentí que te conocia desde siempre y eras lo mas lindo del mundo. Y te miré y me pillaste cuando estabas arriba de la motocicleta y yo seguia anotando estupideces en papelitos que ahora eran rosados, como mis mejillas cuando te vi cruzar la puerta y me diste la mano, pero no para bailar.
Y hoy, te vi tan triste. Hoy llovía y entraste finguiendo una sonrisa como la de todos los dias, pero yo adivine que esa no era la misma sonrisa genuina de todos los dias.
Hoy vos te sentaste y mirabas como escribia esas estupideces - que tenia que escribir obligadamente- y yo no podia mirarte, pero te presentia.
Y pase como tres veces delante tuyo y seguro esperabas que te mirara, pero no te miré aunque me estaba volviendo loca por verte un ratito y por querer parar el reloj para mirarte tranquila y con detalle.
Pero no te miré.
Porque me estabas mirando. Sabía que me estabas mirando. Y no quería que me atraparas haciendo lo mismo, como anoche cuando escribia y te daba un reojo cada dos palabras impresas.
Cuando me dirigia hacia vos, te fuiste, como si te llevara el viento y quise gritar "por que"
Hoy estaba con culpa y solo quería que estuvieras ahi.
Y que supieras que si no te miro, no es porque no quiera, ni porque no me gustes. Si no te sonrío, no es por antipatía, es que sin querer me haces mal, como los otros doce.
Y no te hablo porque apenas puedo hablar si estas cerca mío.
Quiero que sea antenoche y tenerte de las manos y hablarte.
Quiero apagar la música y dejar de bailar un segundo con los pies, para poder bailar con la boca y decirte que no queria que hoy te fueras sin olverme a mirar una vez mas, y sin que en ese momento yo pudiera por fin mirarte a los ojos y no a la espalda, que se perdía entre la llovizna de afuera, mientras en mis ojitos de pestañas levantadas, se avecinaba un diluvio que iba a terminar impregnado en otro papel, lleno de mas estupideces.
                                         FIN

Ese es uno de mis cuentos. Espero que lo hayan disfrutado :)

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